Al equipo de este blog nos alegra mucho la participacion y la respuesta que hemos tenido de todos los visitantes, esperamos tener un trabajo con mayor excelencia para el siguiente año, por lo pronto les deseamos una FELIZ NAVIDAD, esperando q el aodrno de este año no haya sido el arbolito, sino un corazon agradecido con Dios.
El contactopara q publiquen poemas, articulos o algo q les guste es surorientefamily@gmail.com
esperamos noticias suyas...
martes, 22 de diciembre de 2009
martes, 8 de diciembre de 2009
Tomado de avanza por mas
La carga de la culpa
Por Max lucado
En la base de la cruz hay bolsas. Incontables bolsas llenas de innumerables pecados. El Calvario es un cúmulo de abono por la culpa. ¿Le gustaría dejar allí su bolsa?
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Salmo 23.3
Un amigo organizó un intercambio de galletitas en Navidad para el personal de la oficina de nuestra iglesia. El plan era sencillo. El valor de la entrada era una bandeja con galletitas hechas en casa. Su bandeja le daba a usted el derecho de sacar galletas de la bandeja de los demás. Podía salir con la misma cantidad de galletas que llevó.
Suena simple si uno sabe cómo cocinar. Pero ¿qué si no puede? ¿Qué si no puede distinguir un sartén de una olla? ¿Qué si, como yo, siente que culinariamente es un desastre? ¿Qué si se siente tan cómodo con un delantal como un profesor de gimnasia en un tutú? Si ese es el caso, tiene un problema.
Tal era mi caso, y yo tenía un problema. No tenía galletas para llevar; en consecuencia no podría participar en el intercambio. Me dejarían afuera, despedido, desechado, eludido y apartado. (¿No siente lástima por mí?)
Ese era mi aprieto.
Y, perdóneme que lo mencione ahora, pero su aprieto es mucho mayor.
Dios está preparando una fiesta … una fiesta como no habrá otra. No una reunión de intercambio de galletas, sino una fiesta. Nada de risitas necias ni chácharas en la sala de conferencias, sino ojos de asombro y admiración en la sala del trono de Dios.
Sí, la lista de invitados es impresionante. ¿Duda que Jonás se haya examinado interiormente en el interior de un pez? Podrá preguntarle personalmente. Pero más impresionante que los nombres de invitados es la naturaleza de los invitados. Sin egos, nada de luchas por el poder. A la entrada quedarán la culpa, la vergüenza y el pesar. La enfermedad, la muerte y la depresión serán la Plaga Negra de un pasado distante. Lo que ahora vemos a diario, nunca se verá allá.
Lo que ahora vemos vagamente, lo veremos claramente. Veremos a Dios. No por la fe. No a través de los ojos de Moisés, Abraham o David.
No por medio de las Escrituras, de las puestas de sol ni del arco iris. No veremos la obra de Dios ni sus palabras, ¡le veremos a Él! Porque Él no es el anfitrión de la fiesta; ¡Él es la fiesta! Su bondad es el banquete. Su voz es la música. Su radiante resplandor es la luz, y su amor es el interminable tema de conversación.
Hay sólo una complicación. El precio de admisión es elevado. Para entrar en la fiesta uno tiene que ser justo. No bueno o decente. No uno que paga sus impuestos y va a la iglesia.
Los ciudadanos del cielo deben ser justos. J-U-S-T-O-S.
Todos hacemos de vez en cuando lo justo. Unos pocos hacen predominantemente lo justo. Pero, ¿hay alguien entre nosotros que haga siempre lo justo? Según Pablo, «No hay justo, ni aun uno» ( Romanos 3.10 ).
Pablo es inflexible en esto. Incluso llega a decir: «No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno» ( Romanos 3.12 ).
Quizás alguien tenga otra opinión. «No soy perfecto, Max; pero soy mejor que muchos. He vivido la vida como se debe. No quebranto las leyes. Tampoco quebranto corazones. Ayudo a la gente. Me gusta la gente. Comparado con otras personas, yo diría que soy justo».
Probé ese argumento con mamá. Cuando me decía que mi pieza no estaba limpia, le pedía que fuera conmigo a la pieza de mi hermano. Siempre estaba más desordenada y sucia que la mía: «¿Ves? Mi dormitorio está limpio; mira este».
Nunca me resultó. Me llevaba por el pasillo hasta su habitación. Si de habitaciones limpias se tratara, mi madre era justa. Su ropero estaba bien; su cama estaba bien; su baño estaba verdaderamente bien. En comparación con su habitación, la mía, bueno, estaba bien mal. Me mostraba su habitación y me decía: «Esto es lo que yo entiendo por limpio».
Dios hace lo mismo. Señala hacia sí y dice: «Esto es lo que entiendo por justicia».
La justicia es la esencia de Dios.
«Por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo» ( 2 Pedro 1.1 ).
«Dios es Juez justo» ( Salmo 7.11 ).
«Jehová es justo, y ama la justicia» ( Salmo 11.7 ).
«Su justicia permanece para siempre» ( Salmo 112.3 ), «hasta lo excelso» ( Salmo 71.19 ).
Isaías describe a Dios como «Dios justo y Salvador» ( Isaías 45.21 ). En la víspera de su muerte, Jesús comenzó su oración con las palabras «Padre justo» ( Juan 17.25 ).
¿Entiende el argumento? Dios es justo. Sus decretos son justos ( Romanos 1.32 ). Su juicio es justo ( Romanos 2.5 ). Sus exigencias son justas ( Romanos 8.4 ). Sus actos son justos ( Daniel 9.16 ). Daniel declara: «Justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras» ( Daniel 9.14 ).
Dios nunca se equivoca. Nunca ha tomado una decisión incorrecta, ni ha mostrado una mala actitud, ni ha tomado el sendero equivocado; nada ha dicho de malo y nunca ha actuado en una forma errada. Nunca se anticipa ni se atrasa; no es demasiado ruidoso ni demasiado suave, precipitado ni lento. Siempre ha sido justo y siempre lo será. Él es justo.
Cuando de justicia se trata, Dios domina la mesa de juego sin mucho esfuerzo, como todo un experto. Y cuando de justicia se trata, no sabemos de qué lado tomar la batuta. He aquí, nuestro problema.
¿Pasará Dios, que es justo, la eternidad con los que no lo son? ¿Recibirá Harvard a un niño expulsado de tercer grado? Si lo hiciera sería un acto benevolente, pero no sería justo. Si Dios aceptase al injusto, la invitación sería hermosa, pero ¿sería justo? ¿Sería justo que pasara por alto todos nuestros pecados? ¿O rebajara las normas? No, no sería justo. Y si Dios es algo, es justo.
Dijo a Isaías que la justicia sería su plomada, la norma por la cual mediría su casa ( Isaías 28.17 ). Si somos injustos, se nos deja en el pasillo, sin galletas. O, para usar la analogía de Pablo, «para que … todo el mundo quede bajo el juicio de Dios» ( Romanos 3.19 ).Entonces, ¿qué debemos hacer?
¿Llevar una carga de culpa? Muchos lo hacen; demasiados lo hacen.
¿Y si su carga espiritual fuese visible? Suponga que la carga de nuestros corazones fuese un equipaje de verdad en la calle. ¿Qué se vería más que nada? Maletas llenas de culpa. Bolsas abarrotadas de parrandas, estallidos de ira y componendas. Mire alrededor suyo. ¿Ve al tipo del traje gris de franela? Está arrastrando una década de arrepentimiento. ¿Ve al muchachito del pantalón grandote y un aro en la nariz? Daría cualquier cosa por no haber dicho las palabras que le dijo a la mamá. Pero no puede. Eso lo lleva consigo. ¿Y la mujer en traje de negocios? Tiene el aspecto de una candidata al Senado. Anda necesitada de ayuda, pero no puede darlo a conocer. No cuando arrastra a dondequiera que va esa carpeta llena de oportunidades que debe explorar.
Escuche. El peso del cansancio agota. La confianza en uno mismo lo desvía del camino. Las decepciones lo desalientan. La ansiedad lo fastidia. Pero, ¿la culpa? La culpa lo consume. Entonces, ¿qué hacemos? Nuestro Señor es recto, y nosotros estamos errados. Su fiesta es para los que no tienen culpa, y nosotros somos cualquier cosa, menos eso. ¿Qué podemos hacer?
Puedo decirle lo que hice. Confesé mi necesidad. ¿Recuerda mi dilema de las galletas? Este es el correo electrónico que envié a todo el personal. «No sé cocinar, de modo que no estaré en la fiesta».
¿Se apiadó de mí alguno de los asistentes? No.
¿Se compadeció de mí alguno del personal? No.
¿Tuvo misericordia de mí alguno de la Corte Suprema de Justicia? No.
Pero una santa hermana de la iglesia tuvo misericordia de mí. No sé como se enteró de mi problema. Quizás haya aparecido en alguna lista de oración de emergencia. Pero, sí sé esto. Sólo unos minutos antes de la celebración, me entregaron un regalo: una bandeja de galletas, doce círculos de bondad. En virtud de ese regalo tuve el privilegio de entrar en la fiesta.
¿Fui? Apueste sus galletas a que sí. Como un príncipe que lleva una corona sobre una almohada, llevé mi regalo hasta el salón, lo puse en la mesa y me mantuve erguido. Debido a un alma compasiva que oyó mis ruegos, tuve un lugar a la mesa.
Debido a que Dios escucha su ruego, usted tendrá lo mismo. Sólo que Él hizo más, muchísimo más, que cocinar galletas para usted.
Fue al mismo tiempo el momento más hermoso y más terrible de la historia. Jesús estuvo en el tribunal del cielo. Extendió una mano sobre toda la creación, y rogó: «Castigame a mí por sus errores. ¿Ves ese homicida? Dame su castigo. ¿La adúltera? Yo llevaré su vergüenza. ¿El estafador, el mentiroso, el ladrón? Hazme a mí lo que ellos merecen. Trátame como tratarías a un pecador».
Y Dios lo hizo. «Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios» ( 1 Pedro 3.18 ).
Sí, la justicia es lo que Dios es, y sí la justicia no es lo que nosotros somos, y justicia es lo que Dios exige. Pero Dios «ha manifestado la justicia» ( Romanos 3.21 ) para hacer que la gente esté en buena relación con Él.
David lo expresa así:«Me guiará por sendas de justicia» ( Salmo 23.3 ).
La senda de justicia es una huella estrecha que sube serpenteando hacia una empinada montaña. En la cumbre hay una cruz. En la base de la cruz hay bolsas. Incontables bolsas llenas de innumerables pecados.El Calvario es un cúmulo de abono por la culpa.
¿Le gustaría dejar allí su bolsa?
Un pensamiento más sobre la fiestecita de las galletas de Navidad. ¿Sabían todos que yo no preparé mis galletas? Si no lo sabían, yo lo dije. Les dije que yo estaba allí en virtud del trabajo de otra persona. Mi única contribución fue mi propia confesión.
Nosotros diremos lo mismo por toda la eternidad.
¡Recuerda compartir estos mensajes con tus contactos!
Tomado de avanza por mas
Por Max lucado
En la base de la cruz hay bolsas. Incontables bolsas llenas de innumerables pecados. El Calvario es un cúmulo de abono por la culpa. ¿Le gustaría dejar allí su bolsa?
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Salmo 23.3
Un amigo organizó un intercambio de galletitas en Navidad para el personal de la oficina de nuestra iglesia. El plan era sencillo. El valor de la entrada era una bandeja con galletitas hechas en casa. Su bandeja le daba a usted el derecho de sacar galletas de la bandeja de los demás. Podía salir con la misma cantidad de galletas que llevó.
Suena simple si uno sabe cómo cocinar. Pero ¿qué si no puede? ¿Qué si no puede distinguir un sartén de una olla? ¿Qué si, como yo, siente que culinariamente es un desastre? ¿Qué si se siente tan cómodo con un delantal como un profesor de gimnasia en un tutú? Si ese es el caso, tiene un problema.
Tal era mi caso, y yo tenía un problema. No tenía galletas para llevar; en consecuencia no podría participar en el intercambio. Me dejarían afuera, despedido, desechado, eludido y apartado. (¿No siente lástima por mí?)
Ese era mi aprieto.
Y, perdóneme que lo mencione ahora, pero su aprieto es mucho mayor.
Dios está preparando una fiesta … una fiesta como no habrá otra. No una reunión de intercambio de galletas, sino una fiesta. Nada de risitas necias ni chácharas en la sala de conferencias, sino ojos de asombro y admiración en la sala del trono de Dios.
Sí, la lista de invitados es impresionante. ¿Duda que Jonás se haya examinado interiormente en el interior de un pez? Podrá preguntarle personalmente. Pero más impresionante que los nombres de invitados es la naturaleza de los invitados. Sin egos, nada de luchas por el poder. A la entrada quedarán la culpa, la vergüenza y el pesar. La enfermedad, la muerte y la depresión serán la Plaga Negra de un pasado distante. Lo que ahora vemos a diario, nunca se verá allá.
Lo que ahora vemos vagamente, lo veremos claramente. Veremos a Dios. No por la fe. No a través de los ojos de Moisés, Abraham o David.
No por medio de las Escrituras, de las puestas de sol ni del arco iris. No veremos la obra de Dios ni sus palabras, ¡le veremos a Él! Porque Él no es el anfitrión de la fiesta; ¡Él es la fiesta! Su bondad es el banquete. Su voz es la música. Su radiante resplandor es la luz, y su amor es el interminable tema de conversación.
Hay sólo una complicación. El precio de admisión es elevado. Para entrar en la fiesta uno tiene que ser justo. No bueno o decente. No uno que paga sus impuestos y va a la iglesia.
Los ciudadanos del cielo deben ser justos. J-U-S-T-O-S.
Todos hacemos de vez en cuando lo justo. Unos pocos hacen predominantemente lo justo. Pero, ¿hay alguien entre nosotros que haga siempre lo justo? Según Pablo, «No hay justo, ni aun uno» ( Romanos 3.10 ).
Pablo es inflexible en esto. Incluso llega a decir: «No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno» ( Romanos 3.12 ).
Quizás alguien tenga otra opinión. «No soy perfecto, Max; pero soy mejor que muchos. He vivido la vida como se debe. No quebranto las leyes. Tampoco quebranto corazones. Ayudo a la gente. Me gusta la gente. Comparado con otras personas, yo diría que soy justo».
Probé ese argumento con mamá. Cuando me decía que mi pieza no estaba limpia, le pedía que fuera conmigo a la pieza de mi hermano. Siempre estaba más desordenada y sucia que la mía: «¿Ves? Mi dormitorio está limpio; mira este».
Nunca me resultó. Me llevaba por el pasillo hasta su habitación. Si de habitaciones limpias se tratara, mi madre era justa. Su ropero estaba bien; su cama estaba bien; su baño estaba verdaderamente bien. En comparación con su habitación, la mía, bueno, estaba bien mal. Me mostraba su habitación y me decía: «Esto es lo que yo entiendo por limpio».
Dios hace lo mismo. Señala hacia sí y dice: «Esto es lo que entiendo por justicia».
La justicia es la esencia de Dios.
«Por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo» ( 2 Pedro 1.1 ).
«Dios es Juez justo» ( Salmo 7.11 ).
«Jehová es justo, y ama la justicia» ( Salmo 11.7 ).
«Su justicia permanece para siempre» ( Salmo 112.3 ), «hasta lo excelso» ( Salmo 71.19 ).
Isaías describe a Dios como «Dios justo y Salvador» ( Isaías 45.21 ). En la víspera de su muerte, Jesús comenzó su oración con las palabras «Padre justo» ( Juan 17.25 ).
¿Entiende el argumento? Dios es justo. Sus decretos son justos ( Romanos 1.32 ). Su juicio es justo ( Romanos 2.5 ). Sus exigencias son justas ( Romanos 8.4 ). Sus actos son justos ( Daniel 9.16 ). Daniel declara: «Justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras» ( Daniel 9.14 ).
Dios nunca se equivoca. Nunca ha tomado una decisión incorrecta, ni ha mostrado una mala actitud, ni ha tomado el sendero equivocado; nada ha dicho de malo y nunca ha actuado en una forma errada. Nunca se anticipa ni se atrasa; no es demasiado ruidoso ni demasiado suave, precipitado ni lento. Siempre ha sido justo y siempre lo será. Él es justo.
Cuando de justicia se trata, Dios domina la mesa de juego sin mucho esfuerzo, como todo un experto. Y cuando de justicia se trata, no sabemos de qué lado tomar la batuta. He aquí, nuestro problema.
¿Pasará Dios, que es justo, la eternidad con los que no lo son? ¿Recibirá Harvard a un niño expulsado de tercer grado? Si lo hiciera sería un acto benevolente, pero no sería justo. Si Dios aceptase al injusto, la invitación sería hermosa, pero ¿sería justo? ¿Sería justo que pasara por alto todos nuestros pecados? ¿O rebajara las normas? No, no sería justo. Y si Dios es algo, es justo.
Dijo a Isaías que la justicia sería su plomada, la norma por la cual mediría su casa ( Isaías 28.17 ). Si somos injustos, se nos deja en el pasillo, sin galletas. O, para usar la analogía de Pablo, «para que … todo el mundo quede bajo el juicio de Dios» ( Romanos 3.19 ).Entonces, ¿qué debemos hacer?
¿Llevar una carga de culpa? Muchos lo hacen; demasiados lo hacen.
¿Y si su carga espiritual fuese visible? Suponga que la carga de nuestros corazones fuese un equipaje de verdad en la calle. ¿Qué se vería más que nada? Maletas llenas de culpa. Bolsas abarrotadas de parrandas, estallidos de ira y componendas. Mire alrededor suyo. ¿Ve al tipo del traje gris de franela? Está arrastrando una década de arrepentimiento. ¿Ve al muchachito del pantalón grandote y un aro en la nariz? Daría cualquier cosa por no haber dicho las palabras que le dijo a la mamá. Pero no puede. Eso lo lleva consigo. ¿Y la mujer en traje de negocios? Tiene el aspecto de una candidata al Senado. Anda necesitada de ayuda, pero no puede darlo a conocer. No cuando arrastra a dondequiera que va esa carpeta llena de oportunidades que debe explorar.
Escuche. El peso del cansancio agota. La confianza en uno mismo lo desvía del camino. Las decepciones lo desalientan. La ansiedad lo fastidia. Pero, ¿la culpa? La culpa lo consume. Entonces, ¿qué hacemos? Nuestro Señor es recto, y nosotros estamos errados. Su fiesta es para los que no tienen culpa, y nosotros somos cualquier cosa, menos eso. ¿Qué podemos hacer?
Puedo decirle lo que hice. Confesé mi necesidad. ¿Recuerda mi dilema de las galletas? Este es el correo electrónico que envié a todo el personal. «No sé cocinar, de modo que no estaré en la fiesta».
¿Se apiadó de mí alguno de los asistentes? No.
¿Se compadeció de mí alguno del personal? No.
¿Tuvo misericordia de mí alguno de la Corte Suprema de Justicia? No.
Pero una santa hermana de la iglesia tuvo misericordia de mí. No sé como se enteró de mi problema. Quizás haya aparecido en alguna lista de oración de emergencia. Pero, sí sé esto. Sólo unos minutos antes de la celebración, me entregaron un regalo: una bandeja de galletas, doce círculos de bondad. En virtud de ese regalo tuve el privilegio de entrar en la fiesta.
¿Fui? Apueste sus galletas a que sí. Como un príncipe que lleva una corona sobre una almohada, llevé mi regalo hasta el salón, lo puse en la mesa y me mantuve erguido. Debido a un alma compasiva que oyó mis ruegos, tuve un lugar a la mesa.
Debido a que Dios escucha su ruego, usted tendrá lo mismo. Sólo que Él hizo más, muchísimo más, que cocinar galletas para usted.
Fue al mismo tiempo el momento más hermoso y más terrible de la historia. Jesús estuvo en el tribunal del cielo. Extendió una mano sobre toda la creación, y rogó: «Castigame a mí por sus errores. ¿Ves ese homicida? Dame su castigo. ¿La adúltera? Yo llevaré su vergüenza. ¿El estafador, el mentiroso, el ladrón? Hazme a mí lo que ellos merecen. Trátame como tratarías a un pecador».
Y Dios lo hizo. «Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios» ( 1 Pedro 3.18 ).
Sí, la justicia es lo que Dios es, y sí la justicia no es lo que nosotros somos, y justicia es lo que Dios exige. Pero Dios «ha manifestado la justicia» ( Romanos 3.21 ) para hacer que la gente esté en buena relación con Él.
David lo expresa así:«Me guiará por sendas de justicia» ( Salmo 23.3 ).
La senda de justicia es una huella estrecha que sube serpenteando hacia una empinada montaña. En la cumbre hay una cruz. En la base de la cruz hay bolsas. Incontables bolsas llenas de innumerables pecados.El Calvario es un cúmulo de abono por la culpa.
¿Le gustaría dejar allí su bolsa?
Un pensamiento más sobre la fiestecita de las galletas de Navidad. ¿Sabían todos que yo no preparé mis galletas? Si no lo sabían, yo lo dije. Les dije que yo estaba allí en virtud del trabajo de otra persona. Mi única contribución fue mi propia confesión.
Nosotros diremos lo mismo por toda la eternidad.
¡Recuerda compartir estos mensajes con tus contactos!
Tomado de avanza por mas
lunes, 7 de diciembre de 2009
Salitre
Llegue al trabajo despues de un fin de semana largo y lo digo no solo por el puente vacacional si no por las situaciones que atravese me sente en mi lugar y lo comente con mi companero
1 El viernes atras del palacio de bellas artes me asaltaron me quitaron dinero y un telefono que no era mio sino de la empresa por el cual me descontarian 5000 pesos de mi nomina.
2 Mi coche se descompone me tuve que llevar en grua
3 Me roban de la oficina mi chamarra favorita que deje guardada en mi escritorio
4 El dia que regreso surgio un problema que casi me cuesta el trabajo
Y al comentar esto salio de la boca de mi compañero un sobrenombre "SALITRE" me puse a pensar en esto no creo en la mala suerte ni en la buena no creo que el cosmo entero se afane en tomar la vida de un ser humano y hacersela lo mas dificil posible, aparte todo fue material no se me afecto la salud no perdi a un ser querido, solo fue un rasguno, pero esta situacion no popdia pasar desapercibida algo habia detras de esta racha de malos acontecimientos y esa misma tarde la respuesta llego. Un canto que nunca le habia puesto atencion, ahora la robaba, su dulce voz!!! Cuando estamos distraidos no podemos escuchar no podemos percibir, no podemos sentir lo que Dios nos quiere decir, el Señor nos habla suave, pero cuando realmente necesitamos escucharlo habla mas fuerte y llama nuestra atencion no por que la necesite, si no por que lo necesitamos nosotros somos una simple barquita enfrentando una terrible tormenta, necesitamos su direccion aun con nuestras equivocaciones el esta dispuesto a guiarnos despues de entender esto no me siento tan mal quiero escuchar su voz la miel que brota de sus labios no me sorprende lo que a veces nos puede pasar me sorprende que siempre obtiene nuestra atencion atrevete a escuchar su dulce voz...
Colaboración La pluma del castillo TC
1 El viernes atras del palacio de bellas artes me asaltaron me quitaron dinero y un telefono que no era mio sino de la empresa por el cual me descontarian 5000 pesos de mi nomina.
2 Mi coche se descompone me tuve que llevar en grua
3 Me roban de la oficina mi chamarra favorita que deje guardada en mi escritorio
4 El dia que regreso surgio un problema que casi me cuesta el trabajo
Y al comentar esto salio de la boca de mi compañero un sobrenombre "SALITRE" me puse a pensar en esto no creo en la mala suerte ni en la buena no creo que el cosmo entero se afane en tomar la vida de un ser humano y hacersela lo mas dificil posible, aparte todo fue material no se me afecto la salud no perdi a un ser querido, solo fue un rasguno, pero esta situacion no popdia pasar desapercibida algo habia detras de esta racha de malos acontecimientos y esa misma tarde la respuesta llego. Un canto que nunca le habia puesto atencion, ahora la robaba, su dulce voz!!! Cuando estamos distraidos no podemos escuchar no podemos percibir, no podemos sentir lo que Dios nos quiere decir, el Señor nos habla suave, pero cuando realmente necesitamos escucharlo habla mas fuerte y llama nuestra atencion no por que la necesite, si no por que lo necesitamos nosotros somos una simple barquita enfrentando una terrible tormenta, necesitamos su direccion aun con nuestras equivocaciones el esta dispuesto a guiarnos despues de entender esto no me siento tan mal quiero escuchar su voz la miel que brota de sus labios no me sorprende lo que a veces nos puede pasar me sorprende que siempre obtiene nuestra atencion atrevete a escuchar su dulce voz...
Colaboración La pluma del castillo TC
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Amigos...
Proverbios 17:17 dice: "En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia." Esto nos señala una característica fundamental de un verdadero amigo: la fidelidad. "En todo tiempo ama el amigo".
La amistad –como todas las cosas verdaderas– no se halla en el mundo. O difícilmente. La amistad en el mundo suele sustentarse sobre intereses particulares, sobre conveniencias. La verdadera amistad, en cambio, es una confraternidad. Es decir, es la relación "de hermanos" que se produce entre personas sin parentesco de sangre.
Este es el "amor fraternal" que Pedro pone casi al final de la escalera de las virtudes cristianas (2 Ped.1:5-7). Es el amor de hermanos que da su característica a la iglesia de Filadelfia.
Ahora bien, una de las características de este amor es su fidelidad. Este amigo no te abandona en el día malo, o cuando tú ya no eres próspero. No te desconoce cuando has perdido tu buena posición económica.
Al contrario, este amigo fiel te levanta cuando has caído, y te socorre en la aflicción. "Es como un hermano en tiempo de angustia." Precisamente es en el dolor es cuando la amistad es probada. Si es verdadera, el tal amigo será más noble, más desinteresado, y más generoso precisamente en ese momento.
Otros rasgo que caracteriza al verdadero amigo está dado en Proverbios 27:6: "Más se puede confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa" (Versión Popular).
El verdadero amigo "hiere". ¿Qué significa eso? Que el verdadero amigo nos dirá la verdad aunque nos duela. Nos sacará de nuestro engaño, nos derribará de nuestras presunciones, pondrá una nota de cordura en nuestros momentos de necedad.
El verdadero amigo se expone, incluso, a ser incomprendido, pero por causa de que su amor es altruista y desinteresado, dirá la verdad, aunque duela.
Los falsos amigos nos adulan, nos palmotean la espalda, sólo con el fin de obtener algún provecho. Es preciso estar apercibidos contra tales artimañas, para no caer en el engaño.
El Señor Jesús es el mejor amigo del hombre. El dijo a los discípulos: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" (1 Juan 15:15).
El murió por todos los hombres, para salvarlos de la condenación eterna. Esa es la prueba de amor genuino. Pero, aun más allá, a sus íntimos, a los que le han recibido y le aman, Él los honra tremendamente al declararlos sus amigos.
Estos deberían sólo conocerle como Señor, porque no olvidan su pequeñez, sin embargo, ellos saben en lo íntimo de su corazón que, si hacen su voluntad, pueden considerarle su amigo. ¿No es maravilloso?
Juan 13:1 dice: "Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin." Esta última frase puede traducirse también "hasta el extremo", o "hasta lo sumo").
El verdadero amigo ama hasta el fin, hasta lo sumo. ¿Qué significaba eso para el Señor Jesús? Amar a sus amigos hasta dar la vida por ellos. "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Este es el verdadero amor fraternal.
Teniendo este ejemplo sublime, podemos ver si calza con él cualquier otra forma de supuesto amor o amistad. Habiéndolo probado en nuestra propia vida, podremos distinguir claramente cuál es el la amistad verdadera, y cuál no lo es.
tomado de sigueme.net
La amistad –como todas las cosas verdaderas– no se halla en el mundo. O difícilmente. La amistad en el mundo suele sustentarse sobre intereses particulares, sobre conveniencias. La verdadera amistad, en cambio, es una confraternidad. Es decir, es la relación "de hermanos" que se produce entre personas sin parentesco de sangre.
Este es el "amor fraternal" que Pedro pone casi al final de la escalera de las virtudes cristianas (2 Ped.1:5-7). Es el amor de hermanos que da su característica a la iglesia de Filadelfia.
Ahora bien, una de las características de este amor es su fidelidad. Este amigo no te abandona en el día malo, o cuando tú ya no eres próspero. No te desconoce cuando has perdido tu buena posición económica.
Al contrario, este amigo fiel te levanta cuando has caído, y te socorre en la aflicción. "Es como un hermano en tiempo de angustia." Precisamente es en el dolor es cuando la amistad es probada. Si es verdadera, el tal amigo será más noble, más desinteresado, y más generoso precisamente en ese momento.
Otros rasgo que caracteriza al verdadero amigo está dado en Proverbios 27:6: "Más se puede confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa" (Versión Popular).
El verdadero amigo "hiere". ¿Qué significa eso? Que el verdadero amigo nos dirá la verdad aunque nos duela. Nos sacará de nuestro engaño, nos derribará de nuestras presunciones, pondrá una nota de cordura en nuestros momentos de necedad.
El verdadero amigo se expone, incluso, a ser incomprendido, pero por causa de que su amor es altruista y desinteresado, dirá la verdad, aunque duela.
Los falsos amigos nos adulan, nos palmotean la espalda, sólo con el fin de obtener algún provecho. Es preciso estar apercibidos contra tales artimañas, para no caer en el engaño.
El Señor Jesús es el mejor amigo del hombre. El dijo a los discípulos: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" (1 Juan 15:15).
El murió por todos los hombres, para salvarlos de la condenación eterna. Esa es la prueba de amor genuino. Pero, aun más allá, a sus íntimos, a los que le han recibido y le aman, Él los honra tremendamente al declararlos sus amigos.
Estos deberían sólo conocerle como Señor, porque no olvidan su pequeñez, sin embargo, ellos saben en lo íntimo de su corazón que, si hacen su voluntad, pueden considerarle su amigo. ¿No es maravilloso?
Juan 13:1 dice: "Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin." Esta última frase puede traducirse también "hasta el extremo", o "hasta lo sumo").
El verdadero amigo ama hasta el fin, hasta lo sumo. ¿Qué significaba eso para el Señor Jesús? Amar a sus amigos hasta dar la vida por ellos. "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Este es el verdadero amor fraternal.
Teniendo este ejemplo sublime, podemos ver si calza con él cualquier otra forma de supuesto amor o amistad. Habiéndolo probado en nuestra propia vida, podremos distinguir claramente cuál es el la amistad verdadera, y cuál no lo es.
tomado de sigueme.net
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Quìén soy?
Hola! ¿Quién soy? sòlo se que tengo que levantarme y trabajar, pero algo se me olvida más no me acuerdo; tqngo que viajar por el mundo, peleando y sufriendo para sobrevivir, pero se que algo me falta, viajo por este mundo sin sentido con temor que el hombre me haga daño mis pies me guían, no sé a dónde, las piedras me hacen tropezar. Se que alguien me acompaña, màs no recuerdo quièn es. LLegando la noche -al dormir en mis sueños- alguien me recuerda quien soy y recuerdo quien me acompaña
!!Gracias Jesucristo!!
Lalo
!!Gracias Jesucristo!!
Lalo